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Historia

Mientras promovemos el respeto por cada animal en la Tierra, creemos que los perros son especiales. Son seres únicos cuya lealtad, valentía, y capacidad de amar y servir desinteresadamente los distingue del resto de los animales. No sólo son capaces de comunicarse más allá de toda barrera y desarrollar estrechos lazos de amistad con los seres humanos, sin importar si se trata de un príncipe o un mendigo, sino que también contribuyen positivamente a nuestra sociedad.

A través de la historia, los seres humanos y los perros dieron rienda suelta a su potencial y evolucionaron juntos, legando al mundo un perfecto ejemplo de asociación construida sobre la base de valores compartidos. Ya sea como pastores, cazadores y centinelas, o convertidos en rescatadores, atletas, guardianes, actores, lazarillos, soldados y rastreadores eficaces, los perros son una perfecta combinación de instintos, virtudes y valores.

Ellos nos demuestran que la lealtad, la bondad y el amor son a la vez causa y efecto de las relaciones duraderas y que los valores e instintos son esenciales para el mundo, aunque nosotros, los seres humanos, a veces necesitamos un perro para recordárnoslo.

Historia

Cosmodoggyland nació cuando nuestro amor, respeto y aprecio por Emma, la integrante canina de nuestra familia, junto a un sinnúmero de sueños y emociones encontraron un canal para fluir. Corría el año en 2012 y aún estábamos adaptándonos a un nuevo lugar con los desafíos y las expectativas que eso implica. Con una vida familiar demandando la mayor parte de mi energía y tiempo, decidí aceptar el puesto de mamá full-time y, en las horas robadas al reloj, volví a la universidad para, con la excusa de estudiar marketing, practicar el inglés y el francés en el mundo real. Integrarse al mercado laborar no era tan fácil como sentirse frustrada si me enfocaba en todo aquello que me faltaba para satisfacer los requisitos de esos avisos de empleo que parecían destinados a la mujer maravilla. Fuera de la fuerza laboral, con una reducida vida social y “overqualified” para dedicarme al desarrollo de nuevas técnicas para el uso del lampazo, escribir le daba un sentido práctico al uso del idioma.

Al regresar de un viaje en el cual fue imposible hallar una playa pet-friendly, quejarme sobre este tema disparó la necesidad de hacer pública mi opinión. Luego de descargar mi indignación en el teclado, rescaté la parte positiva y decidí iniciar un blog para abogar por el valor y la importancia de los perros en nuestras vidas y la sociedad. Pero como el corazón es más fuerte de lo que pensamos y es capaz de guiarnos cuando nos animamos a seguirlo, embarcada en un proyecto que me inspiraba, lo que parecía una etapa improductiva se tornó en una experiencia enriquecedora. Ese enfoque práctico me permitió concentrarme y apreciar todo aquello que sí podía hacer en vez de lo que no. Y así la idea del blog se fue consolidando como una forma diferente de integrarse al medio productivo con una marca personal, una propuesta y un producto concreto que mostrara lo que podía, sabía y quería hacer. Después de todo, al igual que nuestro perro, cada uno de nosotros es un ejemplar único.

El universo conspiró para acelerar el proceso. Gracias a mi hija mayor, Cosmodoggyland ladró su primer “Hello World” y a partir de allí luego de algunas explicaciones y muchos tutoriales el blog comenzó a tomar forma, personalidad y contenido. De pronto una jerga nueva fue parte de las conversaciones a la hora de la cena y lentamente, a medida que cada miembro de nuestra familia se sintió inspirado, Cosmodoggyland se tornó en un espacio de experimentación, aprendizaje activo y trabajo colaborativo. A veces, lográbamos publicar sobre una base regular. Otras, la vida se interpuso en el camino. A menudo era necesario detenerse y asignar tiempo para aprender sobre lo que fuera necesario para el objetivo planteado, siempre balanceando el tiempo con el trabajo y el estudio.

El blog fue sin duda la herramienta para poner ideas en acción sin costo y con resultados tangibles y cuantificables. Y por sobre todo, un vehículo ideal para desarrollar el espíritu creativo y emprendedor que permitió adquirir experiencias transferibles a cualquier iniciativa. A lo largo del camino, cada uno de nosotros pudo hacer valer, tanto en trabajos freelance como en relación de dependencia, el conocimiento adquirido. Esparcidos en diferentes proyectos fue posible diseñar, producir, traducir y editar contenidos para presentaciones, sitios web, blogs, redes sociales, instrumentos de marketing para empresas y startups y material didáctico para la enseñanza de idiomas y negocios.

Durante el proceso, nos atrevimos a confiar en nosotros mismos, crear, aprender, desarrollar un emprendimiento y construir un equipo en torno a valores compartidos que hoy se reflejan en la misión, visión, y valores que guían Cosmodoggyland.

Con nuevo formato y Emma como Editora en Jefe, Cosmodoggyland es la revista canina trilingüe creada no sólo para informar y entretener, sino también como un recurso para aprender, conectarse, inspirarse y animarse a emprender.

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