El momento en el cual nuestra mascota puede considerarse mayor, es decir entra a la de la tercera edad, es cuando comienzan a manifestarse los primeros signos de envejecimiento. El momento de la vida en el cual esto ocurre varía considerablemente de un perro a otro.

La genética y otras características intrínsecas, al igual que condiciones externas, como por ejemplo el estilo de vida , son determinantes de la esperanza de vida de tu perro.

Al igual que la esperanza de vida, el aumento de los signos del envejecimiento dependen del tamaño del perro, lo cual está ligado a su raza, o mejor dicho por su composición genética.

Aunque no es posible cambiar los factores genéticos determinantes de la longevidad, comprender el proceso de envejecimiento nos permite controlar los agentes extrínsecos que pueden ayudar a nuestro perro a mantenerse saludable por más tiempo.

¿Qué significa envejecer?

El envejecimiento es un proceso de adaptación constante y natural de las funciones biológicas de un individuo a través de su ciclo de vida. Por consiguiente, estos afectan a todos los órganos y sistemas y en consecuencia la salud y el estilo de vida del perro.

Aún cuando cada animal es diferente, en general, el proceso de envejecimiento provoca uno o más de los siguientes cambios, que tendrán un efecto en la salud de su perro.

• Disminución del nivel de actividad.
• Aumento de peso
• Debilitamiento de los músculos y huesos.
• Rigidez de las extremidades
• Deshidratación de la piel y faneras
• Pérdida de cabello y dientes
• Problemas de audición
• Pérdida de visión
• Incontinencia
• Debilidad del sistema inmunitario
• Reducción de la actividad del sistema digestivo.
• Dificultad para el control de esfínteres
• Pérdida de agudeza mental
• Mayor riesgo de padecer enfermedades

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¿Cómo sé si mi perro está envejeciendo?

La señal más clara de que un perro está envejeciendo es una reducción sostenida de los niveles de actividad. Aún cuando su espíritu lúdico permanezca sin cambios, los perros mayores se cansan más fácilmente y necesitan descansar más.

La disminución en los niveles de actividad habitualmente conduce al  aumento de peso y a la obesidad, que es además de uno de los problemas más frecuentes en los perros mayores, un factor de riesgo para otras enfermedades.

Como resultado de los cambios que afectan la circulación y reducen el suministro sanguíneo de células y tejidos, el tono muscular disminuye, la piel pierde su elasticidad y el pelaje se deteriora. La menor irrigación sanguínea a su vez genera deshidratación, endurecimiento y engrosamiento de las uñas. La pérdida de dientes y alteraciones en el manto como por ejemplo la aparición de canas  especialmente en la región del hocico, también están relacionadas con este fenómeno.

La reducción de la actividad del sistema inmunitario y los sistemas digestivo y urinario puede producir trastornos como debilidad general, infecciones, estreñimiento e incontinencia.

La pérdida de audición y visión hace que los perros sean menos capaces de prever situaciones de peligro aumentando el riesgo de sufrir accidentes y lesiones. De manera similar a los humanos, el envejecimiento puede conducir a cataratas, que es una opacidad de la lente en el ojo que conduce a una disminución de la visión y puede causar ceguera.

La edad avanzada también constituye un factor de riesgo para enfermedades como el cáncer, la artritis, la demencia senil, la diabetes y la insuficiencia cardíaca o renal.

Es por ello que es importante conocer y reconocer los signos que podrían indicar la presencia de algunas de las enfermedades más comunes entre los perros mayores como son:

• Artritis
• Diabetes
• Infecciones
• Tumores
• Demencia o disfunción cognitiva.

Indicadores como la sed, la micción excesivas, el hambre constante y la pérdida de peso podrían ser una señal de advertencia de diabetes mellitus, que si bien afecta más comunmente a los animales mayores, podría aparecer a cualquier edad.

La dificultad para sentarse, cambiar de posición y el endurecimiento de las extremidades pueden ser signos de artritis.

Con respecto a las enfermedades hereditarias que en algunos casos aparecen más frecuentemente en ciertas razas de perro gracias a las pruebas genéticas es posible evaluar el componente genético de cualquier perro y estar atento a aquellas enfermedades en a las cuales puede ser más propenso.

Los cambios de actitud, como por ejemplo rechazar la presencia humana, signos de confusión, estrés o ansiedad injustificada pueden ser indicadores de disfunción cognitiva o demencia canina.

Las infecciones frecuentes y la pérdida del pelo en áreas específicas del cuerpo pueden ser signos de un sistema inmunitario debilitado.

Por último, el mal aliento constante y las encías inflamadas o sangrantes asociadas a la falta de apetito pueden indicar enfermedad periodontal y la pérdida de dientes

En nuestra próxima entrega te contaremos

Cómo calcular la edad de tu perro 

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Por Siempre Joven

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